EDITORIALES



SANACIÓN A TRAVÉS DE TUS VIDAS PASADAS

TERAPIA DE RESPUESTA ESPIRITUAL

La TRE te limpia de las energías discordantes que hayas acumulado de todas las experiencias vividas, ya sea de esta vida o de las anteriores, en donde has tenido probablemente otro sexo, otra religión, otra raza, donde has vivido eventos históricos, cambios de conciencia en la humanidad, grandes sacrificios o has pactado un sinfín de votos contraídos que hoy ya no tienen validez.

De ahí vienen tus conflictos, tus bloqueos, pero también vienen tus potenciales. Con la TRE (Terapia de Respuesta Espiritual) se limpian las raíces de ese árbol, el tronco, las ramas, y las hojas, para que puedas manifestarte en todo tu potencial.

Como será ese árbol, depende de tus raíces. Y las raíces, son las experiencias de las vidas pasadas. Con el uso de la técnica se logra tener una mejor comunicación con esa potencial, y de esa forma nuestra vida se transforma en un caminar despierto y sabio.
La técnica te brinda las herramientas para transitar un proceso con los ojos abiertos, la mochila liviana y sabiendo quienes son nuestros mejores maestros, compañeros y almas amigas en esta experiencia de vida que decidimos experimentar.

La vida es una experiencia que, como almas, necesitamos para crecer y la TRE nos lleva a tomar conciencia de ese proceso.

Tu Yo Superior es quien te va a guiar mejor en este camino, y una de las mejores herramientas que puedes usar para despejar el camino de piedras y malezas, es conocerte mejor y confiar en la vida.


ARQUETIPOS (el caso de Paula)

Parte de nuestra estructura básica es un grupo de patrones o "arquetipos" que nos ayudan a crear y modelar nuestras identidades en el mundo físico. Cuando estamos equilibrados y armónicos, estos arquetipos actúan para motivarnos e inspirarnos. Sin embargo, cuando los arquetipos están bloqueados o en conflicto, podemos experimentar dolor y confusión.
En el caso de Paula el arquetipo que aparece bloqueado es el ARQUETIPO PRODUCTOR. El arquetipo productor es la necesidad de adquirir y producir y está relacionado con las finanzas, el capital y el merecimiento del individuo.

Este arquetipo se bloquea en una vida pasada en donde ella era un hijo de familia con una madre dominante, abusiva y humillante, que menosprecia al hijo, y las energías que motivan a la madre son odio a los hombres, crueldad, quejas y negatividad.
Las energías que quedan en este hijo y que bloquean el arquetipo productor fueron des validez y baja autoestima.

Se limpió la vida, las energías discordantes que quedaron atrapadas en el alma, se limpiaron todos los cuerpos en donde quedaron establecidas estas energías (cuerpo físico, mental, emocional y etéreo), se transmutaron las energías en luz prima y neutra que pueda ser reutilizada en el camino de evolución, se llenaron de luz todos los espacios en donde habitaban estas energías y se pidió al Espíritu que derramara todos los dones, atributos y bendiciones que contrarrestaran por completo esas energías. Se cortaron todas las ataduras y cordones energéticos relacionados con esta vida y se limpió a todos los involucrados, se cancelaron contratos kármicos que ya no son para su bien más elevado y se crearon nuevos contratos para facilitar el aprendizaje, se limpiaron todas las capas y niveles y todo fue llenado de Luz y Amor.

CONECTARTE CON TUS SUEÑOS

Vivir con sueños es una necesidad básica y humana que pone en movimiento nuestras ilusiones. Si no soñamos nos convertimos en un actor más de una película sin nombre, cuando en realidad deberíamos ser los  directores de una película que lleve “nuestro nombre”.  Vivir con sueños nos conecta con la libertad y con el libre albedrio de dirigir nuestra vida hacia donde queremos, pero a veces sucede que nos limitamos por las auto exigencias y una multiplicidad de factores externos. Deberíamos soñar sueños alcanzables y que no nos dejen frustrados al final del camino por no poder alcanzarlos, por habernos desilusionado, porque nos defraudaron, porque todo nos salió mal la primera vez o debido a que simplemente no teníamos bien claro cuál era nuestro sueño. Es por esto, que a veces los abandonamos, pensando que porque fallamos o algo no salió como queríamos, va a suceder lo mismo y seguimos viviendo en un continuo “tengo que vivir” , “tengo que hacer” y un montón de “tengos”, llenos de obligaciones, compromisos y requisitos que nos llevan a olvidarnos de soñar alejándonos de elegir lo que queremos. El soñar nos conecta con la libertad y sin ella por supuesto aparecen los problemas, la negatividad, la frustración, el enojo, la falta de ganas, en fin… un montón de cosas que no nos ayudan para nada.
Antes de dirigir tu vida hacia donde queres hay que soñar. No te dejes  llevar por el fracaso de los demás, por opiniones ajenas,  o por aquellos que se conformaron. Si mirás hacia ese lado es posible que abandones tu capacidad de soñar.
Y como puedo soñar pensando todo el tiempo en compromisos, problemas que solucionar y cosas pendientes por hacer?
Lo que necesitamos es calmar la mente, nutrir el cuerpo y eliminar la preocupación por el futuro estando presente lo más posible. Cuando te concentras en el presente, el pasado desaparece y el futuro aún no existe. ¿Qué significa estar presente? Estar presente significa alejar tu atención del pasado y del futuro y mantenerte enfocado en lo que está justo frente a vos.  
Debido a que el futuro que estamos soñando está lleno de incógnitas, la mente no puede procesar el siguiente paso y no tiene información para nosotros sobre cómo llegar a donde queremos ir. La buena noticia es que los sueños y las intenciones más importantes ya se han puesto en marcha y solo tenemos que salirnos del camino y permitir que se manifiesten sin masticar los detalles o concentrarnos en lo que parece ser negativo y destructivo a nuestro alrededor. Como la mente solo extrae información de lo que sabe de experiencias pasadas, no puede tener la información sobre el futuro hasta que el futuro se convierta en el presente. Por lo tanto, “el siguiente paso” requiere confiar en lo desconocido y estar plenamente presente para aprovechar las oportunidades que se presentan, algunas de repente, y otras poco a poco.
Otra cosa importante es conectar con el “ser merecedor”, con el “todo me es posible”, sin límites y sin compromisos ni deberías, a pesar de tu pasado, tu familia y tu historia, porque mereces soñar. Viajar a un mundo de fantasía, si… aunque parezca infantil se puede hacer, ya que todo es posible y aunque no lo creas tus necesidades básicas ya están cubiertas e imaginar así, te hace libre para elegir lo que se te antoja, lo que te ilusiona, lo que te motiva y que enciende tu llama interior, que justamente es lo que te va a llevar a actuar.
Que sueños puedo ponerme que sean alcanzables? Piensa que es lo que te genera placer, disfrute y libertad y pregúntate cuales son las cosas que puedes hacer en tu vida que te generen esto.
Luego podés hacer aterrizar esos sueños a la realidad y convertirlos en proyectos. Tus sueños se convierten en proyectos y tus proyectos en tarea, y las tareas se convierten en acciones que podes empezar a hacer hoy mismo. Es bueno soñar con cosas alcanzables en el presente, y quizás no tanto con cosas que están en un futuro muy distante. No es malo soñar a futuro o a largo plazo pero corremos el riesgo de sacrificarnos en el proceso ya que se trata de vivir un sueño a futuro pero siempre haciendo cosas en pro de lograrlo, además que en el camino pueden aparecer algunos obstáculos que te cambien el foco. Piensa y sueña algo que puedas empezar a plasmar ya, aunque sea pasito a pasito y en el presente, con un especial cuidado de no conectar esos sueños con los miedos del futuro, porque en realidad estos son miedos que están hoy y que primero habría que resolver en el presente.
No le pongas límites y requisitos a tus sueños y anímate a convertir sueños en acciones.

DECIR LO QUE PENSAMOS

Poder expresar lo que queremos decir no es algo para lo que la mayoría de nosotros estamos capacitados. Desde chicos se nos enseñó el arte de “agradar a las personas”, de decir sí, incluso si queremos decir que no, de no decir nada que pueda ofender y ser sinceros a medias para que no nos vean como arrogantes y poder brindar más confianza en los demás a costa de nuestro propio bienestar.
En el fondo todos queremos ser aceptados. Sin embargo, sin decir exactamente lo que queres decir, te arriesgás a ser malinterpretado eternamente.
Al exponer tus pensamientos reales de forma abierta, es posible que no siempre seas tan amable, pero serás diez veces más real, y eso es totalmente gratificante además de producir un bienestar emocional y confianza sin igual. Eso si, antes tendrás que haber superado el sentimiento de culpabilidad, no?
Decir lo que realmente pensamos, no siempre es fácil y puede conducir a un conflicto, por no saber expresarlo bien (lo que es muy difícil),  o por mala interpretación de las personas. Sin embargo, esto parte de una serie de prejuicios, ya que decir lo que sentís tiene que ver con expresar tu propia opinión, sin que nadie por eso tenga que resultar ofendido ni atacado. El conflicto sucede cuando la otra persona lo considera una ofensa o no sabe respetar la opinión de los demás.
Si tu opinión no es compartida, es respetable, simplemente se trata de hacer valer tu derecho a expresar lo que pensás, lo que sentís o lo que a vos te parece, y a poner límites sin tener que sentirte culpable. Si no podés manejar eso, todavía tenés que aprender mucho para conseguir decir lo que pensás y expresar lo que sentís sin ningún tipo de miedo.
¿Alguna vez te pasó de alejarte de un encuentro con alguien con enojo por no decir lo que realmente querías decir? El hecho es que tragarte lo que realmente hay que decir puede ser algo así como autoboicotearse. Por esto, del mismo modo, debemos aprender a expresar lo que no queremos para que los otros estén al tanto de cuáles son nuestros límites.
Si ya no llevas guardada tu opinión como una carga, el expresar tus pensamientos y sentimientos también te ayudará a aliviar tu conciencia y a sentirte más seguro de vos mismo.
Al expresar tu opinión tenés la oportunidad de dejar de lado la calesita de pensamientos como los “qué pasaría si dijera” o “qué pasaría si hubiese dicho” “y si no le cae bien?”  que te consumen demasiada energía.
Una persona que sabe decir lo que piensa y se hace responsable de lo que dijo, difícilmente esté rodeada de gente que no aprecia su sinceridad y franqueza. La ventaja de estar rodeado de verdaderos amigos es que se puede fluir, notando que tus relaciones son constructivas y te sentirás apoyado siendo como sos, con tus virtudes y falencias.
Poder expresar lo que sentimos, y saber decir lo que pensamos es la mejor forma de aliviar nuestra carga emocional, evitar los conflictos y poder rodearnos de seres que nos ayuden a crecer.
Finalmente, puede suceder que algunas veces no valga la pena decir lo que pensás o que los demás sepan tu opinión, ya sea porque no es el lugar o momento adecuado, porque estás muy enojado con gran riesgo de agredir, o porque esto puede conllevar a una gran pérdida de energía, debido a que el o los receptores estén en otra frecuencia muy diferente a la tuya, lo cual también será digno de ser respetado.

CODEPENDENCIA EMOCIONAL 
 
Probablemente cuando eras chico aprendiste que la mejor idea era estar acompañado a estar sólo (aunque tendieras a la soledad). Por otro lado, quizás aprendiste a cuidar y preocuparte demasiado por alguno de tus dos padres lo que te generaba una actitud de codependencia, en la que tenías la urgencia de estar cerca para cuidarlos, pero al mismo tiempo te sentías ahogado por la relación. Lo mismo podía sucederte con alguna amistad, algún pariente cercano o con tus parejas, donde casi siempre aparecía la falta de autoestima, el chantaje emocional, la manipulación y la generación de culpa acompañada de carencia afectiva. Todas éstas situaciones, seguramente también generadas en la infancia.
Y entonces buscabas escapar… quizás irte a un lugar lejano, te entraban momentos de rebeldía seguidos de una intensa culpa, te hacías a ti mismo a un lado hasta que explotabas con arranques de ira o de enojo.  
La codependencia no es amor genuino. Es falta de libertad, que no se basa en el miedo sino en el respeto.
Generalmente en la codependencia una parte se siente ahogada por la otra ya que es una cuestión de dos y muchas veces queremos liberarnos de esta dependencia pero ambos seguimos amarrados. Depender emocionalmente significa que tus emociones dependen de otras personas sintiendo que tu felicidad depende de ese otro o que te realizas a través de la otra persona. Negás tu existencia pero afirmas la del otro porque lo creés más importante sin importar como vos sentís sino como opina la otra persona. Le das más peso y mientras lo haces, te quitas peso y valor a vos mismo.
Limitás y negás tu poder y al hacerlo podés sentirte vacío y tratarás de llenar ese hueco a través del otro. Esto se vuelve un círculo vicioso en donde crees que sos menos, débil e incompetente y que la otra persona es tu salvador, tu fuente de poder y tu fuerza y que gracias a él vas a poder recuperarla.  La realidad es que ese vacío interior lo tenes que llenar vos, y no lo puede llenar otra persona, porque puede sentir que es esclavo o que tiene la obligación de llenar tu vacío. Lo que aquí se genera es que “la otra persona me necesita, porque si me necesita no me va a rechazar y yo no voy a perder mi fuente de poder”.
El problema real de la codependencia es que crees que estás completo gracias al otro. No te das cuenta de que ya estás completo y que el objetivo de estar con otro ser es COMPARTIR TU COMPLETITUD. Y así llegan los conflictos cuando pensás que lo necesitás para ser feliz y le exigís que sea de determinada forma.
Cuando hay codependencia nos estresamos por hacer lo que los demás esperan de nosotros, ya que si cumplimos con esas expectativas, sean reales o irreales, entonces puedo estar seguro de que no me van a abandonar. En esta dinámica hay mucha ansiedad para que no nos critiquen, porque no cumplimos sus expectativas y dejo de ser yo mismo por cubrirlas.
Hay dos formas de dar el gusto a los demás: desde el amor o desde el miedo. Desde el amor doy porque me nace dar y desde el miedo no tengo amor y tengo que salir a conseguirlo aunque signifique dejar de ser uno mismo. Tus decisiones no deben dañar a nadie, pero no se puede tomar una decisión pensando en cómo le va a afectar a los demás. Aquí pierdes la claridad en la toma de tu decisión, esta se empieza a distorsionar, y cuando haces esto te enojas o esperas que se reconozca tu sacrificio. Te separas de tu centro de poder que es el que sabe lo que es mejor para vos y lo que querés realmente y cuando tus decisiones son tomadas de esta forma, lo más probable es que te equivoques con la decisión tomada.
La codependencia es una evitación del dolor o del rechazo pero genera enojo, ahogo y resentimiento y nadie se llena genuinamente.
Y como evitar esto? No es fácil, pero bien vale la pena trabajarlo.
Amate, y llena tu propio vacío, conectate y disfrutalo. Elegí sin dejar que te elijan o que elijan por vos y así dejarás de echar culpas sobre los demás armando relaciones libres.
Enfrentate a la posibilidad de salir lastimado, o rechazado sanando tu vacío existencial y dejando de pensar que tenés valor gracias a los demás. Si alguien te rechaza no es porque no valés o porque hay que cambiar algo en vos. En definitiva, sos lo que decidís ser y si tuvieses que modificar algo, intentalo si sentís que será positivo para tu vida. No hay que gustarle a todo el mundo, no te creas imperfecto, tenés valor porque existís y no te es necesario el esfuerzo para que no te juzguen o abandonen. Estar con uno mismo basta y se siente increíble.
Recupera la autonomía en la toma de decisiones, creyendo en tu poder personal, y confiando en tu criterio. Si decís lo que pensás o lo que querés no sos una mala persona. Consensuá y respetá, pero atrevete a confiar en lo que deseás y que los demás lo sepan.
Ama por el simple gusto de ensanchar tu corazón sin esperar nada a cambio. Los demás no son ni esclavos ni salvadores y el amor no debe estar condicionado. Abrite a la posibilidad del “no me debes nada a mí, ni yo a vos”, porque ya estamos completos.
Atrévete a no ser una persona necesitada por los demás, a la soledad, a dejar ir, a que los demás tomen sus propias decisiones. No quieras salvar sino sálvate a vos mismo.
No te enojes, llena tu huequito y compartilo, confiando en que los demás son capaces de llenar el suyo. Buscá libertad en tus relaciones y empezá a negociar para alcanzarla, meditando sobre aquellas cosas en las que vos tampoco permitís que el otro sea libre.
Además de todo esto, emprende el camino a sanar desde tu interior, todo lo que haya sucedido en tu infancia que te generó creencias de codependencia, perdonate  y perdoná a tus padres, encontrate y date cuenta que con el simple hecho de existir estás a salvo, pase lo que pase a tu alrededor.
Amate a ti mismo y recupera tu esencia.

DIALOGANDO SOBRE TUS MIEDOS

Y qué tal si hablamos de tus miedos?  Son tuyos, son de otros, son viejos, son nuevos, son fundamentados o no tienen ningún sustento?  Porque me parece que la madre de todos tus problemas tienen que ver con eso,  o no?
Puede que muchos los hayas traído como equipaje y puede que otros fueran adquiridos o inculcados, y con el tiempo los fuiste comprando y les creaste raíces que ahora ya se están pudriendo. Dan olor, si… siento un olor como a viejo y a obsoleto, ya no te sirven, son como un lastre, que generan solo problemas y más problemas…, miedo al futuro, miedo a la enfermedad, miedo al dolor y a la soledad, miedo a los cambios, miedo a enfrentar problemas, miedo a dejarse fluir, miedo a todo… Y pensar que siempre te mostraste valiente, seguro, aguerrido, contestario (hermosa máscara, no?), y te vi varias veces decir a otros: “y que es lo peor que te puede pasar”? Veamos… que es lo peor que te puede pasar a estas alturas? Enfermarte y morirte?, le pasa a todos,  quedarte solo? Puede que así seas más feliz y que tus relaciones sean más auténticas, que te parece? Hacer cambios drásticos? Si ya los hiciste y estás aquí parado y no pasó nada… a tener problemas? Si siempre los solucionaste… miedo a dejarte fluir? Te llevó a algún lado la rigidez?  Miedo a no tener éxito? Tenés que darle explicaciones a alguien? Debés algo o te deben más de lo que debés? Te lo preguntaste alguna vez?
Sucede que lo que te perturba, según mi punto de vista, son esos miedos inconscientes que aún no sabes reconocer, y antes de que puedas descubrir qué son o de donde provienen, te enferman e impactan en tu cuerpo. Miedo al futuro? Si… eso es… es tuyo? No, no es tuyo, pero lo atraes por algo. Le dicen, ley de atracción no? Viste y experimentaste tantas cosas que en el fondo tu mente decreta que todo eso te va a pasar a vos o que algunas pueden repetirse. No sería hora de abandonar el control y decretar otro tipo de cosas o dejar de comprar lo que le pertenece a otros? Miedo a que no te acepten o a no ser amado? Ya te tendrías que haber dado cuenta de que aquellos que te criticaron, te rechazaron, te ignoraron, te desvalorizaron (y que aún muchas veces lo hacen), te destrataron porque también tenían miedo, baja autoestima y estaban tan llenos de bronca como vos, porque nadie es perfecto ni completamente feliz, ni tienen el caballo atado como te pueden hacer creer, todos estamos aprendiendo a caminar a través de diferentes experiencias, es así.
Llegó el momento de hacer un stop. Hacete cargo de lo tuyo y cuando brilles, esos personajes y esas situaciones desaparecerán por arte de magia, porque no encontrarán cabida en tu vida. Podrás mirarlos como simple observador, desde afuera y simplemente pensarás que eso a vos ya te pasó y pudiste superarlo. Para eso era… para que aprendieras. Seguirás aprendiendo por supuesto, pero con paz, alegría, con agradecimiento y sin enojo.
Me parece que ya es tiempo de que dejes de ser alumno para ser maestro y de recibir de una vez por todas, todo aquello que merecés por derecho de conciencia, porque diste mucho y sabés tan bien como yo, que eso alguna vez debe regresar a vos, pero no me digas que también tenés miedo a que vuelva… tenés también miedo de ser feliz?.  Es un pecado ser feliz? Crees que no te lo merecés? Muchas veces escuchaste y te lo recuerdo: “Estas condenado a ser feliz” Sé que no te gusta la palabra condenado, pero esto significa, que no existe otra salida, el contrato de persona sufriente y problemática ya caducó, vos mismo hacés todo lo posible para romperlo y seguís trabajando en eso.  Condenado, porque así fue el arreglo, no hay marcha atrás. Viste esa frase que se usa ahora, que dice: Es viernes y tu cuerpo lo sabe? Bueno, llegó el momento. Tu cuerpo y tu mente lo saben, y por eso gritan, chillan, se desequilibran, porque quieren ser escuchados. Acá en esta historia ya no se admiten ni perdedores, ni sumisos, ni pobres de mi, ni víctimas, ni siquiera cobardes. Vos no estás aquí para cumplir ese rol, ya no surte efecto, o por lo menos surte el efecto contrario. Como maestro estás condenado a brillar y ayudar a que otros brillen. Yo siento que no te puedo seguir acompañando en este proceso de repeticiones de una y otra vez lo mismo…es un disco rayado y ya no hay tiempo. No pretendo que seas ni un rey ni una reina, ni un santo, ni un brujo sabio y perfecto, solo te puedo decir que me sentiría muy feliz, si fueras de una vez por todas VOS, que te amaras y te aceptaras tal como sos, para así poder amar y aceptar a los demás, que rompas las cadenas que te atan y con las que te atas muchas veces, para poder caminar hacia adelante y finalmente si hay que tirarse al vacío, HACERLO, ya que donde hay miedo entra el mal y no hay cabida para la paz y el amor.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario